UN BALANCE DEL SISTEMA DE CUOTAS DE LA ANCHOVETA REVELA QUE HA SIDO POSITIVO. SIN EMBARGO, AÚN HAY QUE ESPERAR PARA SABER CÓMO SE COMPORTARÁN LOS GRANDES JUGADORES DE LA INDUSTRIA
Azucena León opina que con la entrada en vigencia del sistema de cuotas individuales para la captura de anchoveta, la tercera semana de abril pasado, el sector pesquero peruano dio inicio a una de sus más grandes reformas de los últimos 50 años. El nuevo sistema se trazó la meta de ordenar el sector y proteger uno de los más abundantes recursos naturales del Perú, modificó sustancialmente las reglas de juego de la industria, al repartir la cuota global que asignaba anualmente el Imarpe entre todas las embarcaciones pesqueras
EN PRIMERASi hay algo que salta a la vista, es que. Algunas cifras proporcionadas por el Ministerio de la Producción, el Imarpe y la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) así lo confirman: el volumen de capturas diarias se redujo de 97.087 TM a 33.866 TM; el número de embarcaciones que sale a pescar pasó de 1.200 a 477; en tanto que los días de pesca aumentaron de 32 a casi 102.
PRIMER DIAGNÓSTICOLa bióloga Patricia Majluf, de la Universidad Cayetano Heredia, coincide con Aráoz en señalar que las cuotas están contribuyendo a ordenar el sector. Sin embargo, evita confirmar si esta reforma ha reducido la presión sobre el recurso o si realmente ayudará a su sostenibilidad en el largo plazo. “Para afirmar eso se necesitan hacer evaluaciones más profundas. Recién en seis meses podríamos tener un primer diagnóstico”, dijo.
Empresarialmente, el impacto parece estar mucho más claro. Richard Inurritegui, gerente general de la SNP, se remite a un estudio realizado por el gremio pesquero que revela que hoy la materia prima ingresa al proceso de producción en las plantas pesqueras en un mejor estado (el pescado ya no llega en mal estado, pues, al existir una mejor planificación, las colas interminables de las naves para abastecer a las plantas también cesaron) y que la eficiencia en la producción, mejoró casi en 7% precisó.
Pero los beneficios no acaban allí. Humberto Speziani, asesor de alta dirección de Tecnológica de Alimentos, la más grande pesquera del Perú, dijo que al no tener que enviar toda su flota a capturar anchoveta pudieron destinar algunas embarcaciones con infraestructura de frío a capturar otras especies. En el caso de Copeínca, su gerente general, Samuel Dyer, sostuvo que el ahorro obtenido en combustible les permitirá destinar parte de esos recursos en otros.
¿MÁS BENEFICIOS?Según Produce, otro de los efectos positivos de las cuotas es el alto precio que alcanzó la materia prima, que habría beneficiado sobre todo a los dueños de embarcaciones independientes, pues la razón fue que Los precios que se pagaban por la tonelada de anchoveta pasaron de US$80 a US$180. Sin embargo, este aparente beneficio se convirtió en la pesadilla de once empresas que tienen plantas harineras pero no flota y que dependen de los independientes para abastecerse de materia prima.
Camilo Peirano, gerente general de Superfish, uno de los afectados, dijo que si bien es cierto que se previó que el precio de la anchoveta registrara un aumento, nadie pensó que alcanzaría precios “irracionales”, que los llevarían a incurrir en fuertes pérdidas. Y es que luego de que Pesquera Exalmar ofreciera bonos y un precio mayor al que se habría proyectado pagar (US$110 por tonelada), se inició un rally alcista, que a los que no tienen grandes espaldas financieras les costó seguir.
Lo usual es que el costo de la materia prima represente entre el 12% y 15% del precio de la harina. Sin embargo, en esos días se llegó a pagar hasta el 18%. “Una operación sencilla indica que si sumas esos US$180 más los costos de producción, la tonelada de harina vale US$1.094, cuando en ese momento se cotizaba en US$900”, explicó Pedro Reátegui, gerente general de Pesquera Coishco.
La teoría de Reátegui es que los grandes grupos empezaron a pagar precios excesivamente altos porque saben que con ello, tarde o temprano, terminarán sacando del mercado a los jugadores más pequeños.
PROYECTO PENDIENTEAráoz toma las cosas con calma. Dice que el análisis integral que realizará el Observatorio de la Gestión Pesquera Peruana, que integran la Universidad Cayetano Heredia, el World Wildlife Fund y otras entidades, les permitirá realizar una primera evaluación. “Este estudio también permitirá comprobar si existe alguna distorsión que deba corregirse”, dijo. Pero no es lo único. Su despacho ya trabaja una propuesta de ley para evitar cualquier mala práctica en la industria.
Juan Francisco Rojas dice que todo apunta a que el sector se concentrará aun más (oligopolio). Si algo está claro es que una segunda ola de compras en el sector (tras la venta de plantas y empresas) apuntará a la flota.
viernes, 28 de agosto de 2009
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